Rizzo, el Pingüino de la construcción: desde UOCRA La Plata denuncian abandono, negocios y piden respuestas urgentes a Kicillof y los intendentes
La agrupación gremial liderada por Cristián “Puly” Medina y su sobrino Braian, advirtió sobre el avance del trabajo informal, la desocupación masiva y la falta de controles en las obras.
Reclaman que se priorice la contratación de mano de obra local y participación activa en las decisiones que afectan al sector.
También apuntaron contra la acefalía sindical que golpea a la seccional desde 2017, bajo la sombra de un interventor más parecido a un villano de cómic que a un representante gremial.
La industria de la construcción en la región capital de la provincia de Buenos Aires atraviesa uno de los momentos más críticos de las últimas décadas.
Así lo manifestó la Agrupación Unida “Blanca-Celeste” de UOCRA seccional La Plata en un petitorio dirigido al gobernador Axel Kicillof y a los intendentes de La Plata (Julio Alak), Berisso (Fabián Cagliardi) y Ensenada (Mario Secco), entregado esta semana con carácter de urgencia.
El documento alerta sobre la “profunda preocupación” que genera el avance del trabajo informal, la paralización de obras y la desocupación creciente, en un contexto agravado por las políticas de ajuste económico que impulsa el Gobierno Nacional.
La seccional La Plata de UOCRA —que abarca también los distritos de Brandsen, Magdalena y Punta Indio— reclama además que se garantice el cumplimiento de las leyes laborales y que se priorice la mano de obra local en cada obra pública o privada.
"Necesitamos trabajo genuino, en blanco, y con condiciones dignas. Los convenios colectivos están para cumplirse, no para decorar los archivos", agregaron desde la agrupación.
La denuncia gremial no termina ahí. La nota entregada a las autoridades también pone el foco en la acefalía gremial que atraviesa la seccional desde el año 2017, cuando la conducción legítima fue desplazada y en su lugar se impuso una intervención que, lejos de ordenar la situación, la hundió aún más.
“El actual interventor, Oscar Rizzo, brilla por su ausencia pero no por su inacción. Acumula importantes sumas de dinero mientras hace la vista gorda frente a la precarización laboral y el aumento de accidentes en obras”, denunciaron con dureza.
Desde la Agrupación Blanca-Celeste aseguran que Rizzo no recorre las obras, no controla la seguridad ni defiende a los trabajadores.
Su única presencia efectiva está en los balances, en las cajas, en los arreglos con las empresas.
Mientras tanto, dos obreros ya murieron este año en el casco urbano de La Plata, en obras sin ningún tipo de supervisión sindical.
Y como si se tratara de una caricatura siniestra, Rizzo se ha ganado entre los obreros un apodo que lo pinta de cuerpo entero: “El Pingüino”.
Traje oscuro, andar pesado, sonrisa ausente y bolsillos llenos. Como el villano de Gotham, acumula poder y favores en la penumbra, mientras el gremio y los trabajadores son devorados por el caos.
El petitorio también exige que se refuercen los controles en las obras, que se erradique el trabajo no registrado y que se garanticen condiciones mínimas de seguridad e higiene.
Pero sobre todo, pide que el Estado abra canales de diálogo reales, donde los trabajadores organizados tengan voz y participación activa.
Otro punto clave es el reclamo por puestos de trabajo concretos para cientos de militantes de la organización sindical, hoy desplazados por las empresas y marginados por el interventor, a pesar de su compromiso y trayectoria en el sector.
“Nos ponemos a disposición del Gobierno Provincial para construir soluciones reales, inclusivas y urgentes”, expresaron en el cierre del documento.
Desde la Agrupación Blanca-Celeste insisten: la construcción no puede ser sinónimo de muerte, hambre ni precarización. Debe ser una vía digna de empleo, desarrollo y justicia social.
Y para eso, ya no alcanza con mirar para otro lado: hay que correr del medio a los que se disfrazan de sindicalistas mientras llenan maletines.