En las entrañas del Pasaje Rodrigo, un antiguo edificio de La Plata, se gestó una de las bandas más emblemáticas del rock argentino: Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Lejos de los grandes escenarios y los reflectores, en un ambiente cargado de experimentación y rebeldía, los futuros ídolos del rock nacional dieron sus primeros pasos.
A comienzos de los años 70, un grupo de jóvenes músicos se reunía en un estudio improvisado dentro del pasaje, donde ensayaban y componían canciones. Entre ellos se encontraban Skay Beilinson, el Indio Solari, Poli Castro, Beto Verne y otros músicos que luego serían fundamentales en la historia de la banda.
El ambiente en el Pasaje Rodrigo era único. La libertad creativa, la experimentación con diferentes sonidos y la influencia de bandas internacionales como The Rolling Stones, Bob Marley y Frank Zappa crearon el caldo de cultivo perfecto para el nacimiento de una nueva propuesta musical.
Las jams improvisadas, las largas noches de ensayo y la búsqueda constante de nuevos sonidos dieron como resultado una música que se salía de los moldes establecidos. Los Redonditos de Ricota estaban creando un sonido propio, una mezcla de rock, blues, reggae y psicodelia que los diferenciaría del resto de las bandas de la época.
Con el tiempo, las presentaciones de la banda en el Teatro Lozano de La Plata se convirtieron en eventos legendarios. Conocidos como "Los Lozanazos", estos conciertos eran una verdadera fiesta, donde la música se mezclaba con la improvisación, el teatro y la experimentación.
En estos shows, la banda no solo interpretaba sus propias canciones, sino que también versionaba temas de otros artistas y creaba un clima de total libertad y espontaneidad. Los Lozanazos fueron un momento clave en la formación de la identidad sonora y estética de los Redonditos de Ricota.
Los años siguientes fueron de constante evolución y búsqueda. La banda viajó a Salta, donde se consolidó su sonido y se afianzó su leyenda. Los conciertos en el norte argentino fueron experiencias intensas y transformadoras, que marcaron un antes y un después en la historia de los Redonditos.
A pesar de las dificultades y la represión política que caracterizaron a la década de los 70 en Argentina, los Redonditos de Ricota lograron construir un universo musical propio, lleno de poesía, rebeldía y un profundo sentido de identidad. Su música se convirtió en un refugio para miles de jóvenes que buscaban una voz propia en un mundo convulsionado.
La historia de los Redonditos de Ricota en el Pasaje Rodrigo es una muestra del poder de la creatividad y la pasión por la música. Estos jóvenes músicos, reunidos en un pequeño estudio de La Plata, lograron crear una de las bandas más importantes y influyentes del rock argentino.
Su legado sigue vivo en la memoria de sus seguidores y en las nuevas generaciones de músicos que se inspiran en su obra. Los Redonditos de Ricota son mucho más que una banda de rock, son un símbolo de resistencia, libertad y creatividad.