Futsala, más que una liga: una estructura que se profesionaliza para lo que viene
Lo que comenzó como la unión de dos ligas, hoy se convirtió en una de las organizaciones más representativas del fútbol sala en América Latina. Con miles de jugadores, clubes y sedes en diferentes provincias y países, Futsala atraviesa un momento de fuerte expansión. Pero también de madurez. En esta nueva etapa, decidió apostar a la mejora continua de su gestión, con una decisión concreta: iniciar el proceso de certificación bajo la norma internacional ISO 9001.
Este modelo de calidad reconocido a nivel global les permitirá ordenar procesos, optimizar recursos y acompañar con mayor solidez el crecimiento de toda su comunidad. “Este año nos propusimos consolidar lo que logramos en poco tiempo. Duplicamos la cantidad de jugadores y clubes, y eso nos exige otra escala de gestión”, explica Alejandro Quaranta, miembro de la comisión directiva de Futsala y referente clave en esta nueva etapa de profesionalización.
Futsala nació en 2023 como resultado de la fusión de las dos principales ligas del país. Desde entonces, no paró de crecer. Se consolidó en Buenos Aires, Córdoba y Tucumán, desembarcó en Uruguay y Colombia, y forjó alianzas estratégicas con Brasil y Canadá. Hoy reúne a más de 30.000 jugadores activos y 500 clubes, a los que se suman ocho marcas que forman parte de su ecosistema, como la reconocida liga BAFI y CEFA, su propia escuela de formación para entrenadores, que ya tiene más de 400 personas capacitándose.
Esta expansión, celebrada por la comunidad del futsal, trajo también un nuevo desafío: fortalecer su estructura interna para poder sostener el crecimiento en el tiempo. “No somos solamente un torneo. Hoy estamos gestionando un ecosistema. Y si queremos cuidar lo que construimos, necesitamos trabajar con orden y profesionalismo”, remarca Quaranta.
Para Futsala, aplicar un sistema de gestión de calidad no es solo una cuestión formal, sino una decisión estratégica. “Trabajar con calidad es brindarle a cada club y filial la posibilidad de hacerlo con eficiencia, con procesos claros, y aprovechando mejor los recursos. También es una manera de mostrarle a toda la comunidad que nuestro deporte puede y debe dar un paso más”, sostiene.
La decisión de certificar ISO 9001 no surgió por obligación externa, sino como parte de una visión a largo plazo. “Queremos que este proceso deje bases reales, que impacten tanto puertas adentro como hacia nuestros clubes. También queremos que sirva como ejemplo: muchas asociaciones civiles tienen pocos recursos y necesitan aprender a gestionarlos mejor para poder crecer”, agrega Quaranta.
Para acompañar esta etapa, Futsala eligió a G-Certi, organismo internacional de certificación. “Era importante contar con un equipo que combine experiencia, calidez humana y acompañamiento cercano. Por eso elegimos a G-Certi. Agradecemos sinceramente el apoyo que nos están dando en todo este camino”, destacan desde la organización.
El proceso ya está en marcha y el entusiasmo es evidente. Desde G-Certi también reconocen el valor de este paso: no solo por lo que representa en términos técnicos, sino por el compromiso institucional que implica. Futsala se proyecta como una organización que busca crecer con orden, identidad y propósito, y eso también es parte del deporte que representa.
“El compromiso con la calidad no es solo institucional, es también humano. Queremos construir algo que trascienda lo inmediato y deje huella en cómo se gestiona el deporte en la región”, concluye Alejandro Quaranta.
Para más información sobre los beneficios de la certificación de las normas dirigirse a www.gcerti.org