La intervención de Kylian Mbappé en el debate político francés ha generado un revuelo significativo, atrayendo la crítica feroz de la ultraderecha francesa. El vicepresidente de Agrupación Nacional, Sébastien Chenu, no tardó en responder a las declaraciones del astro del fútbol, pidiendo "contención" a la hora de abordar ciertos temas políticos, especialmente cuando "se tiene el honor de vestir la camiseta del equipo de Francia". Chenu, en una entrevista con France Inter, subrayó: "No esperen de él lecciones políticas. Tiene derecho a tener una opinión, pero no creo que personas desconectadas vengan a dar lecciones a los franceses".
La polémica estalló después de que el delantero hiciera un llamamiento a la sociedad francesa, particularmente a los jóvenes, para frenar el ascenso de la ultraderecha y defender “los valores de tolerancia, diversidad y respeto”. Este mensaje fue pronunciado durante una rueda de prensa en el marco de la Eurocopa, donde Mbappé se alineó con sus compañeros Ousmané Démbélé y Marcus Thuram en un posicionamiento político claro. "Creo que estamos en un momento crucial de la historia de nuestro país. La situación es inédita. Por ello deseo dirigirme a todo el pueblo francés y a la generación más joven que puede marcar la diferencia. Llamo a los jóvenes a ir a votar. Vemos que los extremismos están a las puertas del poder, tenemos la ocasión de decidir el futuro de nuestro país", declaró.
Laurent Jacobelli, portavoz de Agrupación Nacional, también reaccionó a las palabras del futbolista, aunque con una reinterpretación peculiar. Según él, Mbappé tiene "razón" en sus preocupaciones, pero agregó: "No me doy por aludido, ni nuestro partido, por el término extremo". Este intento de desviar el foco no logró disminuir la intensidad de las reacciones.
A pesar de las críticas, Mbappé también recibió apoyo desde el ámbito político. El primer ministro Gabriel Attal, en plena campaña para la reelección en las legislativas que se celebrarán entre el 30 de junio y el 7 de julio, defendió al delantero. Attal destacó que Mbappé está “en su papel” y reivindicó que sus acciones sirven como "modelo" para los jóvenes. En su defensa, Attal consideró que el futbolista simplemente ejerció "un deber cívico que es el del voto" y elogió su postura contra el extremismo. "Espero que los jóvenes revisen los programas, las ideas de cada partido y se pronuncien en los comicios", subrayó el primer ministro.
Mbappé cerró su intervención con un llamado a la unidad y a los valores fundamentales: “Tenemos que identificarnos con los valores de tolerancia, diversidad y respeto. Espero que aún estemos orgullosos de llevar esta camiseta el 7 de julio”. Reiterando su postura, el jugador añadió: “Estoy en contra de los extremismos y de las ideas que dividen”.
La reacción de la ultraderecha ante las declaraciones del delantero ha puesto de manifiesto la tensión existente en el panorama político francés, donde la influencia de figuras públicas puede generar repercusiones significativas en la opinión pública. Mientras tanto, Mbappé sigue siendo un símbolo tanto dentro como fuera de la cancha, usando su plataforma para influir en el futuro de su país.