En 1987, La Plata se convirtió en el epicentro del fútbol infantil a nivel mundial. El Estadio de Gimnasia fue testigo de un torneo histórico que reunió a jóvenes promesas de todo el continente y dejó una marca imborrable en la vida de quienes participaron.

Organizado por la Liga Infantil LIFIPA, con el apoyo del gobierno provincial y la ciudad de La Plata, el campeonato contó con la participación de equipos de América y Europa, que se enfrentaron en una verdadera fiesta del fútbol.

El combinado platense, representando a Argentina, se destacó en el torneo, logrando grandes victorias y dejando una grata impresión en el público. Jugadores como Sebastián Graciani, Osmar Ledesma, Gustavo Foppiani y muchos otros vivieron una experiencia inolvidable, jugando en un estadio de primera división y sintiendo el calor de la gente.

La final, disputada entre Ecuador y España, fue un encuentro emocionante que culminó con la victoria de los ecuatorianos en los penales. Sin embargo, más allá del resultado, lo importante fue la oportunidad que tuvieron estos jóvenes de compartir su pasión por el fútbol y de forjar amistades que perdurarían en el tiempo.

Este torneo no solo fue una competencia deportiva, sino también una experiencia de vida que marcó a toda una generación. Los participantes recordarán por siempre los momentos vividos, los amigos que hicieron y los valores que aprendieron.

Hoy, muchos de aquellos jóvenes siguen vinculados al fútbol, ya sea como jugadores, entrenadores o dirigentes. Sus historias son un testimonio del impacto que tuvo este torneo en sus vidas y en el desarrollo del fútbol infantil en La Plata.

Este torneo dejó un legado invaluable para el fútbol platense y argentino. Demostró que el deporte puede unir a personas de diferentes culturas y edades, y que los jóvenes tienen un gran potencial para convertirse en los protagonistas del futuro.