Crisis del arsénico en el agua: una amenaza silenciosa para la salud de los bonaerenses
Un informe reciente encendió las alarmas en la provincia de Buenos Aires al evidenciar altos niveles de arsénico en el agua potable de varias localidades, incluida La Plata.
Aunque los valores aún no superan el límite nacional, la concentración de arsénico en algunos barrios de la ciudad alcanza niveles preocupantes, como en Gonnet, con 26 ppb.
Estos datos revelan un panorama inquietante, ya que los efectos de la exposición prolongada al arsénico son bien conocidos: cáncer, problemas cardiovasculares, lesiones cutáneas y diabetes.
Si bien en La Plata los niveles aún están por debajo de los límites establecidos, la preocupación crece al compararlos con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece un límite de 10 ppb para el consumo seguro.
La situación no se limita a La Plata, sino que afecta a muchas otras localidades bonaerenses y del interior del país, donde los niveles superan ampliamente los 50 ppb, como en Tres Arroyos y Junín, llegando en algunos casos hasta los 280 ppb.
Este panorama refleja una realidad grave, que podría tener consecuencias devastadoras para la salud pública si no se actúa con urgencia.
Los especialistas advierten que no es seguro consumir agua con altos niveles de arsénico y recomiendan buscar fuentes de agua tratada o segura. Además, instantánea a las autoridades a implementar políticas públicas que garanticen el acceso a agua potable libre de arsénico, una necesidad urgente que debe ser priorizada para evitar una crisis de salud a gran escala.
Es imperativo que se tomen medidas para frenar la propagación de esta problemática y asegurar que todos los habitantes de la provincia y del país, tengan acceso a agua potable segura y libre de contaminantes peligrosos.