En pleno sacudón económico, las marcas propias de los supermercados pegan el salto, mostrando un rendimiento mejor que el promedio en el consumo familiar. Así lo revela un informe de Nielsen IQ que destaca un crecimiento significativo en la preferencia por estos productos, especialmente en alimentos y productos de cosmética y tocador.
La caída del poder adquisitivo ha llevado a una migración de productos premium hacia alternativas más accesibles, una movida que se siente en todas las áreas, desde bebidas hasta productos de limpieza. Este cambio de hábito en el consumidor es una respuesta directa a la crisis económica que se vive en el país.
Los supermercados, como canal de ventas, se mantienen firmes en medio de la tormenta, aunque la eliminación de Precios Justos ha generado un impacto notable en el consumo. La categoría de supermercados ha sido la más golpeada por el aumento de precios, pero sigue liderando en preferencia frente a otros canales de compra.
Al mismo tiempo, el informe resalta la importancia de la omnicanalidad en momentos de crisis, instando a las empresas a ajustar sus estrategias de precios y promociones para mantener el impulso de ventas. La comprensión de las necesidades del consumidor y la adaptación del portafolio de productos son clave para enfrentar los desafíos actuales del mercado.
Por otro lado, un estudio de Kantar revela que la mayoría de los consumidores ha tenido que cambiar sus hábitos de compra, optando por marcas más económicas y resignando productos de mayor costo. Solo una minoría ha logrado mantener sus patrones de consumo, especialmente en sectores más acomodados.