Se cumplen cinco años de la partida de José Luis Brown, el "Tata", un jugador que trascendió las canchas y se convirtió en un símbolo del fútbol argentino. Su figura, ligada indisolublemente a la Selección campeona del mundo en México 1986, sigue viva en el recuerdo de todos los fanáticos.
Brown, un defensor central de férrea marca y corazón aguerrido, fue parte fundamental de aquel equipo que, bajo la dirección técnica de Carlos Bilardo, conquistó la gloria máxima. Su gol en la final contra Alemania, a pesar de jugar con un hombro dislocado, se convirtió en un momento icónico de la historia del fútbol argentino.
"No salgo ni muerto", fueron las palabras de Brown al médico cuando le sugirió retirarse del partido. Esta frase resume a la perfección el espíritu de lucha y entrega que caracterizó al "Tata" a lo largo de su carrera.
Pero más allá de su desempeño en la cancha, Brown era un hombre sencillo y humilde, siempre dispuesto a ayudar a los demás. Su hijo Juan Ignacio recuerda cómo su padre recibía a los fanáticos en su casa, con una sonrisa y una palabra amable para todos.
El legado de José Luis Brown trasciende las fronteras del fútbol. Su historia es una inspiración para todos aquellos que luchan por sus sueños, sin importar los obstáculos que se presenten. El "Tata" nos enseñó que con esfuerzo, dedicación y un corazón valiente se pueden alcanzar grandes metas.
En este aniversario, rendimos homenaje a un grande del fútbol argentino, un hombre que dejó una huella imborrable en el corazón de todos los argentinos. ¡Hasta siempre, Tata!