Cientos de estudiantes platenses coparon el centro de la ciudad para celebrar el tradicional Último Primer Día (UPD) de clases. Banderas, espuma, bengalas y mucha alegría fueron los protagonistas de una noche inolvidable que marcó el inicio del último año de la secundaria para muchos jóvenes.

Desde temprano, los estudiantes se organizaron en grupos y llegaron a Plaza Moreno en autos particulares, micros alquilados e incluso caminando. Algunos, luego de compartir una cena previa, se reunieron alrededor de la piedra fundacional para bailar, cantar y celebrar el comienzo de esta etapa tan especial.

El UPD es una tradición que se vive con intensidad en La Plata y que genera opiniones encontradas. Algunos lo ven como una simple fiesta, mientras que otros lo consideran una forma de expresión y de celebrar la amistad y la camaradería. Lo cierto es que, más allá de las diferentes perspectivas, el UPD es una experiencia única que queda grabada en la memoria de los estudiantes para siempre.

En esta edición, la fiesta se desarrolló sin mayores incidentes y la mayoría de los jóvenes se comportaron de manera responsable. Sin embargo, algunos hechos de vandalismo y consumo de alcohol empañaron la celebración.

A pesar de las controversias, el UPD es una tradición que llegó para quedarse. Es un momento de alegría, emoción y nostalgia que marca un antes y un después en la vida de los estudiantes. Es la despedida de la infancia y el comienzo de la adultez, un momento para celebrar la amistad y recordar que el camino hacia la meta está cada vez más cerca.