Un clásico renace en la ciudad: el Ballet del Teatro Argentino presenta La Bayadera

La magia del ballet vuelve a encender la Sala Ginastera. La Bayadera regresa en una versión deslumbrante del Teatro Argentino. Pasión, sombras y emoción en un clásico que renace.

10-12-2025 - Por La Movida Platense

El calendario cultural de La Plata encuentra un punto de brillo cada vez que el Teatro Argentino decide abrir las puertas de su sala mayor para un estreno de ballet. Esta vez, la protagonista es la suite de La Bayadera, una obra monumental del repertorio clásico que vuelve a escena bajo una cuidadosa reposición de Edgardo Trabalón, quien aborda este regreso como si se tratara de recomponer un mural emocional con capas de historia, simbolismo y sensibilidad humana.

Lejos de ser una simple reposición, la propuesta convierte diciembre en un mes de reencuentro: con la tradición, con la danza académica y con ese latido teatral que distingue a la ciudad. El Ballet Estable, dirigido por María Fernanda Bianchi, y la Orquesta Estable, guiada en esta oportunidad por Darío Domínguez Xodo, se unen para dar vida a un relato que, pese a haber nacido en 1877 en San Petersburgo, sigue interpelando desde sus profundidades dramáticas.

La pieza se despliega a través de una selección de sus escenas más emblemáticas, donde los roles principales rotan entre distintos elencos, otorgando a cada función una identidad interpretativa propia. Nikiya, Solor y Gamzatti —figuras que encarnan los vértices de un triángulo marcado por la lealtad, la traición y el deseo— encuentran nuevas capas de lectura en las versiones de Romina PaneloJulieta PaulMiguel Ángel KlugEmanuel GómezSabina Álvarez y Jazmín Gude Alonso.

La suite respira belleza visual: la escenografía de Fabián Giménez, el vestuario de Viviana Serafini y la iluminación de Esteban Ivanec convergen en una estética que no busca copiar el exotismo original sino reinterpretarlo, acercándolo a una sensibilidad contemporánea sin alterar su esencia clásica.

Pero es en la mirada de Trabalón donde esta producción encuentra su pulso más distintivo. El coreógrafo describe la primera parte como una trama terrenal, cargada de celebraciones, celos y tensiones ocultas que presagian la tragedia. El acto de las sombras, en cambio, se expande hacia lo etéreo: un espacio casi espiritual donde el remordimiento se vuelve danza y donde la figura de Nikiya se multiplica en una atmósfera que roza la introspección ritual. Allí, según Trabalón, “cada aparición espectral es un espejo de nostalgia y redención”.

Este retorno de La Bayadera no solo funciona como homenaje al genio de Petipa y a las melodías de Minkus. También señala un gesto institucional: un modo de decir que el Teatro Argentino sigue siendo —incluso en tiempos complejos— un faro cultural para la ciudad y la provincia. Con funciones gratuitas mediante reserva online y accesos presenciales para mayores de 65 años, la propuesta invita a un público amplio a reencontrarse con el arte.

Así, la suite se convierte en una experiencia emocional y estética que trasciende la anécdota del regreso. Es una oportunidad para celebrar la permanencia del ballet clásico, para reconocer su vigencia y, sobre todo, para volver a sentir cómo un escenario puede transformar una historia en un viaje íntimo para cada espectador.