Esta semana se presentó crucial para el presidente Javier Milei, quien busca la media sanción para su proyecto de Ley Ómnibus antes del domingo. La Unión Cívica Radical (UCR) se posiciona como un partido clave en este escenario, con 32 legisladores que podrían influir en la aprobación o bloqueo de la normativa. Las divisiones internas dentro del partido complican la toma de posición frente al gobierno libertario.
A finales de 2023, las tensiones surgieron cuando un sector mayoritario respaldó a Rodrigo De Loredo para liderar el bloque radical, mientras que otro sector, alineado con Facundo Manes, se oponía. Aunque estas diferencias se resolvieron, las posturas críticas hacia Milei persisten, alegando que el bloque radical es "concesivo" con el oficialismo.
La UCR celebró una reunión virtual para abordar estas discrepancias y definir la posición del partido respecto al proyecto Ómnibus. Las discusiones se intensificaron después de una reunión de De Loredo con un enviado de Milei. Para alinear estrategias, Martín Lousteau se reunió con Gastón Manes para abordar la postura del partido en el Congreso frente a la Ley Ómnibus y el mega DNU.
Siguiendo un esquema de "semáforo", la UCR discutió qué aspectos del proyecto Ómnibus aprobarán (verde), cuáles están en duda (amarillo) y cuáles rechazarán (rojo). Acuerdan oponerse a temas como la reforma política, retenciones a economías regionales y privatizaciones masivas sin aprobación del Congreso.
Los legisladores radicales actúan como representantes de los cinco gobernadores provinciales del partido, quienes buscan asegurar intereses locales y una compensación fiscal por la detracción de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias. La UCR evalúa emitir su propio dictamen o en conjunto con otros bloques opositores. Las negociaciones internas en el partido reflejan la complejidad del escenario político actual.