Un episodio de pura barbarie ensombreció las calles del centro de La Plata, cuando un despiadado episodio enfrentó a un conductor de Citroën Picasso y a un agente de tránsito municipal. El triste desenlace: el inspector resultó herido de gravedad luego de ser atacado con gas pimienta, en una violenta explosión de furia desatada por una supuesta infracción de estacionamiento.
De acuerdo con el relato desgarrador ofrecido por el afectado ante las autoridades policiales, el brutal suceso tuvo lugar en la transitada Diagonal 73, entre las calles 54 y 55. En este rincón urbano cargado de sombras, el inspector estaba cumpliendo con su deber, imponiendo una multa por estacionamiento indebido cuando fue sorprendido por el torrente de ira de su agresor.
El tipo se plantó, le preguntá si ya le había laburado alguna multa, justo cuando tenía su cachivache plantado en la parada del bondi, relató el agente. Y añadió con determinación: "Le aclaré que por ahora no le había estampado la boleta, pero le hice saber bien clarito que tenía que mover ese fierro porque estaba enterrado en la parada de micros, y ahí no se para".
Parecía que la situación podría controlarse con una charla, pero el horror se desató de manera inmisericorde. El conductor, enardecido como una olla a presión, se alejó a toda velocidad, convencido de que el inspector lo había multado y se subió a su Citroën Picasso como una chispa en una parrilla, comentó el joven inspector con un destello de indignación.
Sin embargo, la tragedia no conoció límites. Mientras el inspector continuaba su labor en la vereda, sancionando a aquellos que desobedecían las normas, notó cómo el agresor, en un frenazo abrupto, quedaba a pocos metros. "Vi cómo frenó el auto a unos pasos de distancia mientras yo seguía haciendo mi trabajo", narró.
La pesadilla alcanzó su clímax cuando el agresor, tras estacionar de manera agresiva, descendió de su vehículo y se abalanzó de nuevo sobre el inspector. "Pensé que iba a volver a increparme por las multas, pero para mi sorpresa, el tipo sacó un tubo con gas pimienta en la mano y me lo descargó en la cara, justo en los ojos", afirmó la víctima, con voz temblorosa.
El gas pimienta generó un ardor insufrible y una picazón insoportable. Sin embargo, el agresor no tuvo piedad, persistiendo en su ataque cruel mientras llevaba al inspector hasta la calle 55 para seguir sometiéndolo al abrasador gas.
Finalmente, la víctima fue trasladada con urgencia al Sanatorio Argentino, ubicado en la intersección de las calles 56 entre 12 y 13. A pesar de la aterradora experiencia, los médicos lograron brindar atención al agente herido y estabilizar las heridas causadas por el implacable gas pimienta.
Este estremecedor incidente resalta la creciente hostilidad y falta de respeto hacia las autoridades municipales, subrayando la urgente necesidad de abordar la agresividad en situaciones de tráfico. Las autoridades locales se encuentran investigando el incidente y se espera que el agresor rinda cuentas por su brutal ataque.