La ciudad de La Plata se encuentra en medio de una intensa polémica luego de las elecciones ajustadas entre Julio Alak y Julio Garro. La actual gestión de Alak ha iniciado una auditoría municipal, que reveló presuntas irregularidades en las contrataciones de la Municipalidad durante los últimos 8 años.

Entre las denuncias, se destaca la presencia de personas que recibían salarios sin presentarse a trabajar, incluyendo detenidos cumpliendo condenas, ex funcionarios aún con vigencia del decreto del cese de funciones, y hasta una persona fallecida que figuraba como contratada, cobrando ilegalmente.

Alak señala directamente a la administración de Julio Garro como responsable de estas irregularidades. En respuesta, Garro rechaza las acusaciones y sugiere que Alak busca justificar el despido de 4000 empleados para reemplazarlos con personal afín al peronismo local.

Garro compara el crecimiento de la planta municipal y mete a Pablo Bruera en la discusión, a quién acusó de precarizar a los municipales y cooperativistas, argumentando que durante su mandato (2015-2023) se regularizó a cooperativistas municipales, transparentándolos y pasándolos a la planta municipal.

El ex intendente cuestiona el porcentaje de ausentismo reflejado en la auditoría y niega que la Comuna tenga más de 12.000 empleados, sosteniendo que son 10.000. Garro concluye afirmando que Alak se encontró con una ciudad que creció y necesitaba más personal, mientras que defiende las medidas tomadas durante su gestión.