La madrugada del lunes, la oscuridad se tiñó de violencia en el afamado club nocturno Pachuca, en 511 y Centenario, cuando los encargados de seguridad protagonizaron una brutal golpiza a un grupo de jóvenes. La Comisaría de Tolosa se convirtió en escenario de un reclamo formal, donde se denunció con firmeza el ataque que dejó a los afectados con rostros maltrechos y extremidades dolorosamente heridas.

Fuentes cercanas al caso revelaron que los heridos fueron trasladados a la seccional sexta, sus cuerpos marcados por golpes que coincidían con la descripción de una paliza. No obstante, este hecho no quedó en la penumbra, ya que testigos oculares capturaron el momento en que los encargados de seguridad arremetían contra los jóvenes en las inmediaciones del local bailable. La agresión quedó inmortalizada en imágenes que no dejan lugar a dudas sobre la violencia ejercida.

Las autoridades han puesto en marcha una investigación enérgica para arrojar luz sobre lo acontecido en ese oscuro rincón de 511 y Centenario. Las miradas se dirigen tanto a las cámaras de seguridad públicas como a las privadas en los alrededores del boliche, en un intento por tejer el relato completo de los eventos. Sin embargo, hasta el momento, la sombra de la impunidad prevalece, ya que no se ha realizado ninguna detención.

La incertidumbre sobre el desenlace no eclipsa el compromiso de la justicia. En las próximas horas, el fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, al mando de la UFI 16 de La Plata, podría imputar a los responsables de este acto de violencia desmedida. La comunidad espera que las palabras de los heridos no caigan en oídos sordos y que se haga justicia en esta hora oscura para la seguridad y la integridad de los jóvenes que solo buscaban diversión en las luces de la noche.