Este jueves comenzó a implementarse la onda verde en avenida 44 de La Plata, un sistema que sincroniza semáforos entre las calles 31 y la Ruta 2 para agilizar el tránsito. La medida, que permite recorrer hasta 30 cuadras sin frenar, apunta a mejorar la circulación en una arteria clave y a reducir la contaminación ambiental.

Desde el Centro de Operaciones Municipal (COM), los semáforos ahora son gestionados de forma remota, ajustándose según la demanda vehicular. Este avance tecnológico tiene horarios específicos: por las mañanas beneficia a quienes ingresan al casco urbano, y por las tardes, a los que se dirigen hacia la Ruta 2.

Sin embargo, la implementación no está exenta de tensiones. Vecinos de Ángel Etcheverry y Lisandro Olmos expresaron su preocupación por el posible cierre de cruces clave y la eliminación de semáforos en sus barrios. En una reunión con autoridades municipales, lograron frenar, al menos por ahora, el cierre de algunas dársenas de giro.

Aunque la onda verde promete dinamizar la movilidad y reducir el impacto ambiental, también plantea interrogantes sobre su impacto en la vida cotidiana de los vecinos. ¿Puede el progreso justificar cambios que afectan directamente la accesibilidad en barrios periféricos?

La implementación de esta iniciativa refleja el dilema eterno de las políticas públicas: balancear el beneficio colectivo con las necesidades locales. La onda verde es un paso hacia la modernización vial, pero su éxito dependerá de cómo se integren las voces de quienes transitan y habitan estas calles.