Locura por Estudiantes: el pincha agotó las entradas para la final
La ansiedad por la final entre Estudiantes y Racing volvió a poner en evidencia un fenómeno que atraviesa al fútbol argentino cada vez que aparece un partido definitorio: la batalla por las entradas. En apenas horas, el Pincha agotó las 3.500 plateas disponibles, un número que ya nacía limitado y que se convirtió en el primer foco de tensión entre los simpatizantes. Mientras tanto, el club debió activar un operativo contrarreloj para garantizar el acompañamiento masivo, aun con los condicionantes del calendario, la distancia y la logística para viajar a Santiago del Estero.
Con la definición programada para el sábado 13 de diciembre en el Estadio Madre de Ciudades, Estudiantes organizó un esquema de traslado que, por su magnitud, deja en claro que la expectativa es total: 20 micros, cada uno con 55 asientos y dos coordinadores por unidad, sumando 1.140 lugares destinados exclusivamente a socios sin ranking. La venta, mediante Ticketing, se abrió con un valor único de $99.999, pagadero con débito o crédito, y bajo la advertencia central: el pasaje no incluye entrada.

El operativo contempla una salida estricta: el viernes a las 19, desde el Estadio UNO, sin paradas intermedias. Ante ese condicionamiento, el club autorizó heladeras portátiles, bebidas y elementos de confort, para que el viaje directo sea más llevadero. El regreso está previsto apenas concluida la final, sin margen para prolongar la estadía en Santiago.
Pero mientras en City Bell ajustaban detalles logísticos, en las redes sociales se multiplicaban los reclamos. La queja más repetida no se originó en la organización del traslado, sino en un dato que cayó como una provocación para gran parte de la parcialidad albirroja:
La brecha no tardó en generar suspicacias, sobre todo por el peso histórico que los clubes denominados “grandes” tienen al momento de negociar cupos, operativos y distribución. Aunque ningún dirigente lo expresó en público, muchos hinchas interpretaron que la asignación respondió a criterios de “tracción de público” antes que a criterios de equidad deportiva.
La situación se agravó cuando las plateas se evaporaron en minutos y los usuarios denunciaron fallas en Deportick y en la plataforma de micros del club. La combinación de escasez, problemas técnicos y la sensación de desigualdad alimentó un clima de malestar generalizado. Desde Estudiantes aseguraron que pidieron un refuerzo de localidades y que se realizaron ajustes para que los socios puedan completar la compra sin inconvenientes.

Mientras tanto, la venta de entradas sigue su curso con un esquema escalonado: socios por debajo de los 189 puntos, luego posibles remanentes para no socios. Los valores oficiales refuerzan otro aspecto del debate: una Popular Sur a $50.000 para socios y $90.000 para no socios, mientras que la Platea Oeste Sur quedó totalmente agotada. El ingreso será únicamente con DNI físico, y la ubicación de la parcialidad albirroja será idéntica a la que ocupó en la final ante Vélez.
El contraste entre la movilización masiva del Pincha y la distribución desigual de localidades vuelve a exponer un problema estructural del fútbol argentino: la manera en que se asignan los cupos de un evento que debería tener parámetros transparentes, previsibles y equitativos. Estudiantes hará sentir su presencia en Santiago del Estero, pero la discusión por el reparto —y lo que ese reparto revela— continuará incluso después del pitazo final.