En el arranque del mes de septiembre, la Selección campeona del Mundo adelantó la Primavera.

La ilusión no se detiene, y cuando muchos pensaban que el equipo iba a sentir la ausencia de Lionel Messi, quien todavía sigue lesionado, apareció un equipo para respaldar los objetivos y los proyectos.

De los siete partidos que se llevan jugados en las Eliminatorias, el equipo ganó seis y solamente perdió con Uruguay. Está sólido en la punta y a este ritmo podría sellar la clasificación en los primeros meses del año que viene.

Anoche, sin sufrir mayores sofocones, la Selección se amparó en el juego colectivo que derivó en el primer gol de Alexis Mac Allister en el segundo tiempo para abrir el partido.

Luego sacó a relucir la jerarquía de Julián Alvarez, quien definió con un zurdazo de media distancia y la clavó en el ángulo para terminar de desmoronar a los chilenos. Y finalmente le puso un broche de oro con una definición cruzada de Paulo Dybala, quien defendió con honores la camiseta número 10 que le dieron para jugar de “Messi” cuando entró en el segundo tiempo.

Si bien es cierto que Argentina enfrentó a uno de los equipos de Chile más débiles de los últimos años, no es menos cierto que la albiceleste demostró que no depende solo de un jugador. Que es todo un equipo de jugadores, casi amigos, que se conocen y generaron un sentido de pertenencia para defenderse espalda con espaldas cuando no está el “10” más poderoso.

Argentina volvió a ganar y a los técnicos rivales se les suman problemas y nombres para marcar en los próximos partidos. Ahora también llega a definir Mac Allister y apareció Dybala, aunque Lautaro Martínez se puso el overol para buscar definir o asistir cada vez que lo marcaron de cerca.