En la tarde del jueves 7 de diciembre, mientras el estacionamiento de la Municipalidad de La Plata bullía de vehículos, en el interior reinaba el silencio. Era el último día hábil del segundo período de Julio Garro como intendente. El reloj avanzaba inexorablemente hacia el traspaso de mando al nuevo gobierno encabezado por Julio Alak.
El escenario contrastaba: las oficinas repletas de funcionarios y empleados ocupados en dejar todo en orden, y un Garro sonriente ingresando al Salón de los Acuerdos. Entre cuadros descolgados y recuerdos empaquetados. Con mate en mano, abordó diversos temas, desde la experiencia de la transición hasta proyectos no realizados, como el anhelado Aeropuerto de La Plata.
En cuanto a su futuro político, Garro expresó su disposición a colaborar si ello implica mejorar la vida de la gente, descartando buscar cargos por ambición personal. Ante la consulta sobre posibles ofertas para sumarse al gobierno de Javier Milei, destacó que cualquier decisión dependería de su capacidad para contribuir al bienestar común.
Al abordar la situación de Juntos por el Cambio en La Plata, Garro enfatizó la importancia de la unidad y la necesidad de superar el revés electoral. Aunque reconoció llamados para sumarse a distintos espacios, reiteró su compromiso de trabajar desde donde pueda beneficiar a la comunidad.
El exintendente, al imaginar su primer día fuera de la gestión, reveló su deseo de retomar aspectos de la vida que dejó en pausa durante sus ocho años de mandato. Entre reflexiones y agradecimientos, Garro concluyó su entrevista expresando su orgullo por caminar solo por la calle y por el apoyo de su familia.