Estafas en La Plata: fiscales como señuelo en una nueva modalidad de ciberdelincuencia
Las estafas virtuales están alcanzando un nuevo nivel de sofisticación y crueldad en La Plata. En las últimas horas, numerosos vecinos recibieron mensajes de WhatsApp en los que supuestos funcionarios, incluido el propio fiscal Horacio Azzolin, intentan intimidar a las víctimas para que transfieran dinero o compartan información personal.
Estos mensajes fraudulentos, que utilizan tanto el nombre como la imagen de Azzolin, informan a los destinatarios sobre presuntas deudas o embargos, amenazas de bloqueo de cuentas bancarias y, en algunos casos, incluso promesas de visitas domiciliarias. La utilización de una figura reconocida en la lucha contra el ciberdelito es una táctica calculada para darle credibilidad al engaño.
Los ciberdelincuentes han desarrollado una estrategia que combina técnicas de ingeniería social y suplantación de identidad. Aprovechan plataformas de redes sociales, como Instagram, para iniciar el contacto mediante falsos sorteos que requieren transferencias de dinero. Luego, intensifican el fraude a través de mensajes personalizados en WhatsApp, empleando fotos de perfil y nombres de fiscales para amedrentar a las víctimas.
Azzolin, a través de sus redes sociales, ha advertido sobre la peligrosidad de estos métodos y ha compartido recomendaciones prácticas para evitar caer en la trampa. No obstante, los estafadores no se limitan a su imagen: también se reportan casos en los que involucran al fiscal Diego Luciani y al fiscal Carlos Torres. Con documentos falsificados y sellos oficiales, exigen pagos exorbitantes, alegando falsas acusaciones de delitos graves.
La complejidad de estas estafas refleja un desafío creciente en la lucha contra la ciberdelincuencia. Los delincuentes se adaptan rápidamente y aprovechan cada nueva herramienta digital para perfeccionar sus tácticas. Esta situación no solo pone en riesgo el patrimonio de los vecinos, sino que también expone una falta de protección efectiva en el ámbito digital.
Las recomendaciones de Azzolin son claras y deben ser tomadas en cuenta: evitar compartir información personal en plataformas no seguras, desconfiar de cualquier mensaje que solicite dinero de inmediato y, sobre todo, consultar fuentes oficiales antes de responder a comunicaciones sospechosas.
Esta situación también plantea preguntas sobre el papel de las autoridades y la responsabilidad de las plataformas digitales para frenar estos abusos. Las soluciones deben ser rápidas y efectivas, de lo contrario, las víctimas seguirán aumentando, y el panorama de la seguridad digital será cada vez más complejo y oscuro.