Carlos Villagrán, el genio detrás del icónico personaje Quico, cumple 80 años, marcando una vida dedicada a la comedia latinoamericana. Quico, el niño mimado de Doña Florinda en el Chavo del 8, se convirtió en un fenómeno cultural, pero detrás de la risa y los cachetes inflados se esconde la compleja historia de Villagrán, su creador.
Antes de ser Quico, Villagrán soñaba con ser actor y comenzó como fotógrafo. Su oportunidad llegó durante los Juegos Olímpicos de 1968, cuando se infiltró en los estudios de Televisa. Tras encuentros fortuitos, entró en el mundo de la comedia, trabajando con Rubén Aguirre antes de unirse a Chespirito en Los Supergenios de la Mesa Cuadrada.
Quico se convirtió en el niño consentido de la Vecindad y, junto con el Chavo, formó parte del fenómeno televisivo que trascendió fronteras. La popularidad alcanzada no estuvo exenta de conflictos internos, egos y disputas por los beneficios económicos entre los miembros del elenco.
En 1977, Villagrán decidió despedirse de Quico, buscando autonomía y liderar su propio espectáculo. Aunque las versiones de su salida varían, lo cierto es que Quico se convirtió en Kiko, y Villagrán continuó su carrera en la televisión de Venezuela y Chile.
A pesar de los altibajos y polémicas, Carlos Villagrán dejó una marca imborrable en la comedia. Su reciente participación en una campaña sobre la crisis migratoria y su valiente lucha contra el cáncer de próstata demuestran que, más allá de Quico, es un hombre multifacético que ha enfrentado la vida con humor y determinación.
Celebramos los 80 años de Carlos Villagrán, recordando el legado de un artista que trasciende fronteras y generaciones, gracias a su inolvidable personaje, Quico, el eterno niño de la vecindad.