Un escalofriante suceso ha sacudido los cimientos de Villa Alba, donde la Policía Bonaerense ha detenido a una pareja, identificada como S.A y M.M, después de una intensa investigación de un año dirigida por el fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta.
El hombre, S.A, fue aprehendido justo en las proximidades de la mesa de votación, dejando boquiabiertos a los residentes locales. Por su parte, su esposa fue encontrada en la acera de la escuela luego de haber ejercido su derecho al voto en otro centro educativo. La escena que se desplegó parecía sacada de una película, ya que ambos fueron esposados mientras los agentes de la Dirección de Investigaciones contra el Crimen Organizado, bajo la Superintendencia de Investigaciones de Delitos Complejos, les notificaban los cargos en su contra, mostrando un evidente desinterés, mientras un oficial registraba la escena con su teléfono móvil.
Para salvaguardar la privacidad de las víctimas, quienes resultaron ser sus propios tres hijos, se ha decidido mantener en reserva los nombres de los imputados. Los cargos que Condomí Alcorta les imputa son realmente estremecedores: abuso sexual reiterado con acceso carnal, agravado en tres ocasiones por ser cometido por ascendientes, en el contexto de convivencia y mientras ejercían la custodia de las víctimas.
Además, se les imputa el cargo de corrupción de menores. Los tres hijos han tenido que someterse a declaraciones en cámara Gesell. Las evaluaciones posteriores han revelado que los supuestos abusos sufridos han tenido un profundo impacto en su desarrollo sexual. Los especialistas en psicología afirman que el daño es de una magnitud alarmante.
La denuncia inicial fue presentada por una mujer que forma parte de la propia familia del hombre acusado, el 28 de septiembre de 2022, marcando así el inicio de la investigación.
Las acusaciones de los hijos se refieren a abusos que habrían ocurrido desde 2012 hasta 2019. Los testimonios indican que los abusos comenzaron cuando tenían tan solo cinco años; el hijo mayor sufrió estos abusos hasta cumplir los 12 años. En la actualidad, este joven tiene 15 años y su declaración ha sido fundamental para respaldar la imputación contra sus propios padres.
La credibilidad de los testimonios de los hijos ha sido esencial en este caso. De manera similar a lo que ocurrió en el caso de Jonathan Fabbro, condenado a 16 años por abusar de su ahijada, se ha concluido que sus declaraciones "no presentan señales de falsedad o fabulación", según consta en el informe del expediente.
Entre las pruebas presentadas en el expediente, además de las grabaciones en cámara Gesell, se incluyen exámenes médicos detallados y un informe emitido por un perito designado por la Suprema Corte bonaerense.
Este trágico acontecimiento ha dejado una huella imborrable en Villa Alba, recordándonos la importancia de combatir los abusos y proteger a los más vulnerables en nuestra sociedad.