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Transformación en el mercado de alquileres: contratos flexibles y renegociaciones equitativas
La reciente derogación de la Ley de Alquileres por parte del Gobierno ha impulsado una serie de cambios significativos en los nuevos contratos de locación en Argentina. Estos cambios, diseñados para beneficiar tanto a propietarios como a inquilinos, buscan establecer términos de acuerdo más flexibles en respuesta a la incertidumbre económica y las fluctuaciones del mercado.
Una de las principales novedades es la implementación de actualizaciones cuatrimestrales en los contratos de alquiler, en contraste con las actualizaciones anuales o semestrales previas. Estas actualizaciones se ajustan de acuerdo con la variación de índices económicos oficiales, como el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y el Índice de Contratos de Locación (ICL).
Los contratos también contemplan un aumento inicial basado en estos índices, buscando un equilibrio entre la seguridad financiera del propietario y la capacidad de pago del inquilino. Esta medida facilita la planificación financiera para ambas partes involucradas.
A pesar de los fuertes incrementos en los precios de alquiler registrados en los últimos 18 meses, se ha observado una desaceleración en el mercado. La mayor oferta de propiedades ha llevado a una disminución en los precios iniciales de los contratos, aunque los inquilinos siguen enfrentando desafíos económicos debido al alto costo de la vivienda en el país.
En este contexto, agentes inmobiliarios como Vanesa Ibarra de Salguero Propiedades, han destacado la renegociación de varios contratos que inicialmente superaron el valor de mercado. Esto indica una sensibilidad por parte de los propietarios hacia la situación de los inquilinos, lo cual representa un avance significativo en el mercado.
Los precios promedio de alquiler en Buenos Aires se sitúan en $400.000 para dos ambientes y $530.000 para tres ambientes, lo que supone un desafío financiero para muchos inquilinos.
El lanzamiento de nuevos créditos hipotecarios ha generado un interés creciente entre los inquilinos por dejar de alquilar. Sin embargo, aún es temprano para determinar el impacto que estos créditos tendrán a corto y mediano plazo en el mercado de alquileres.
En cuanto a la duración de los contratos, se ha pasado de períodos más largos a contratos de dos años con revisiones de precios cada tres o cuatro meses. Mariano Rico Alcázar, de Asempro Propiedades, destacó la introducción de esta dinámica de precios, que ha permitido a los propietarios ajustar los valores de los contratos de manera más equilibrada.
Los inquilinos han enfrentado dificultades con el primer aumento, especialmente aquellos cálculos basados en una inflación elevada de los últimos meses. En algunos casos, se han realizado solicitudes de negociación con los propietarios para ajustar el incremento y mantener al día el pago del alquiler.