Política
Joven en estado de euforia termina internado tras intentar ingresar a un edificio en La Plata
Un joven fue internado el pasado sábado en La Plata luego de protagonizar un incidente que alarmó a los vecinos de la zona de 33 y 18. En un aparente estado de euforia, el hombre intentó forzar la entrada de un edificio rompiendo una puerta de vidrio, lo que lo dejó gravemente herido. Al ver la situación, los residentes llamaron a emergencias, temiendo que la situación escalara o que el joven resultara más lastimado.
El joven, quien parecía estar “fuera de sí”, se cortó con los vidrios de la puerta al intentar ingresar al edificio, según relataron los vecinos. Algunos testigos aseguran que llegó al lugar saltando por los techos, un comportamiento que les hizo sospechar del consumo de sustancias prohibidas. Tras lograr ingresar, el hombre comenzó a sangrar profusamente en el hall del edificio, dejando una escena impactante que incluía una de sus zapatillas abandonada entre manchas de sangre.
La policía y personal de salud se hicieron presentes en el lugar. Con esfuerzo, lograron controlar al joven, quien continuaba gritando y resistiéndose. Luego de recibir primeros auxilios en el sitio, fue trasladado al Hospital San Martín para recibir atención médica, mientras que las autoridades le abrieron una carátula por "daños" debido a los destrozos causados en la entrada del edificio.
Este incidente abre una reflexión sobre el acceso y la visibilidad de la problemática de salud mental y consumo de sustancias en la sociedad actual. Situaciones como esta no solo generan preocupación en las comunidades, sino que evidencian la falta de contención y asistencia previa para personas que atraviesan episodios de este tipo. Los vecinos, quienes actuaron rápidamente en busca de ayuda, vivieron momentos de miedo y frustración frente a la impotencia de no contar con herramientas inmediatas para manejar este tipo de circunstancias. A medida que aumentan los casos similares, surge la pregunta sobre la capacidad del sistema de salud y de seguridad para responder a estos eventos con anticipación y de forma preventiva.
La escena de sangre en el hall del edificio es un recordatorio de que estas situaciones pueden llegar a límites extremos. Es esencial que se tomen medidas para que aquellos en situaciones de vulnerabilidad reciban el apoyo necesario antes de que ocurran estos episodios críticos, protegiendo tanto a los individuos en riesgo como a la comunidad en general.