Mascotas

El mascotismo y la protección de la fauna: una reflexión en el Día del Animal

El médico veterinario Juan Enrique Romero enfatiza que los animales de compañía ideales para los humanos son el perro, el gato y, ocasionalmente, un canario o un pez.

Advierte sobre los riesgos asociados al mascotismo, que implica el consumo de especies salvajes como fetiches, alimentando así el tráfico ilegal de fauna, el tercer negocio clandestino más grande en Argentina, con un valor anual que supera los diez millones de dólares.

Romero defiende la idea de que "los animales silvestres sin dueño, los animales domésticos con dueño responsable", resumiendo así su lucha contra el mascotismo, una práctica que deshumaniza a los seres vivos y los aleja de su hábitat natural.

El comercio ilegal de vida silvestre no solo afecta a la biodiversidad, sino que también tiene un impacto directo en la conservación de muchas especies.

Según la ONG Neotropical Primate Conservation Argentina (NPC), más de cien especies de aves, veinte de reptiles y quince de mamíferos en Argentina están en peligro debido al tráfico de fauna.

En Argentina, la Ley 22.421 de Conservación de la Fauna regula la captura, posesión y comercio de animales silvestres, prohibiendo la tenencia de animales no considerados domésticos. Esta ley busca proteger la integridad de las especies y preservar su papel en el ecosistema.

Organizaciones como la Wildlife Conservation Society (WCS) Argentina alertan sobre el comercio ilegal de fauna, que afecta a especies como monos, tucanes, papagayos y tortugas, entre otras. Este negocio clandestino amenaza la biodiversidad y viola los derechos ambientales establecidos en la Constitución Nacional.

En el marco legal argentino, la Ley 14.346 de 1954 prohíbe y penaliza el maltrato animal, mientras que la Ley de Conservación de Fauna y su reglamentación se centran en la protección de la fauna y la regulación de la caza.

El 29 de abril, además de ser el Día del Animal en Argentina, es una ocasión para recordar a Ignacio Albarracín, abogado y defensor de los derechos de los animales.

Albarracín fue un ferviente impulsor de la legislación para proteger a los animales y su memoria se mantiene viva en este día de conciencia sobre la relación entre los humanos y la vida silvestre.