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Calor intenso y sequía en Buenos Aires: un trimestre que desafiará el verano

El pronóstico trimestral del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para noviembre 2024 a enero 2025 alerta sobre un incremento en las temperaturas y una notable reducción de precipitaciones en la región central y este del país, especialmente en la Ciudad de Buenos Aires, la zona metropolitana y la Costa Atlántica. Estas áreas enfrentarán un clima marcado por el calor intenso, el déficit hídrico y las altas probabilidades de olas de calor que podrían agravar problemas de salud y presión sobre recursos esenciales como el agua y la energía.

Según el SMN, durante el próximo trimestre se espera una predominancia de jornadas cálidas impulsadas por la entrada continua de aire cálido y la escasez de lluvias. Esta situación, además de derivar en un posible déficit hídrico, incide directamente en la planificación de las festividades de fin de año y la temporada de vacaciones en la costa bonaerense. La falta de lluvias, pronosticada para el este de la provincia de Buenos Aires y la Patagonia, podría complicar las reservas de agua en un período de alta demanda.

Cindy Fernández, comunicadora del SMN, explica que "una circulación de vientos favorecerá el ingreso de aire cálido en estas zonas", lo cual, sumado a la predominancia de días soleados, contribuye a esta previsión de calor extremo y menor pluviosidad. Alpio Costa, meteorólogo e investigador, añade que "es altamente probable que encaremos un final de primavera e inicio de verano seco y caluroso".

Es importante destacar que el pronóstico incluye una mayor probabilidad de eventos de calor que de lluvias, superando el 50% de probabilidad en el centro y este de Buenos Aires. Esto significa que, aunque la presencia de fenómenos como El Niño o La Niña se mantenga en un estado neutro, el clima de la región central se perfila hacia temperaturas por encima de la media y precipitaciones escasas.

En este contexto, resulta imperativo que la población esté atenta a los sistemas de alerta por olas de calor y tome medidas preventivas para mitigar sus efectos en la salud. Las personas de mayor vulnerabilidad, como adultos mayores y niños, deben tener especial precaución ante el riesgo de golpes de calor y deshidratación. Además, la planificación de actividades al aire libre y los eventos familiares deberán considerar estas previsiones para evitar exponer a la población a riesgos innecesarios.