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40 años de folclore y resistencia: La Salamanca, un ícono cultural de La Plata

Más allá de las imponentes construcciones y las amplias avenidas, la ciudad de La Plata esconde un corazón palpitante de folklore y tradición. La Peña La Salamanca, con más de 40 años de historia, se ha convertido en un referente cultural no solo para la ciudad, sino para todo el país.

Fundada por Luis Salamanca y Adriana Palmioli a principios de los 80, la peña nació como un espacio de resistencia durante la dictadura militar. En un contexto de miedo y censura, la música folclórica se transformó en un vehículo de expresión y encuentro. Los jueves de peña en La Salamanca se convirtieron en un ritual para miles de estudiantes, músicos y amantes del folklore, quienes encontraban en este espacio un refugio y una comunidad.

"Hacer peña era crear un espacio de resistencia y de encuentro en una época muy dura en la que había miedo hasta de aplaudir", recuerda Luis Salamanca.

A lo largo de su trayectoria, La Salamanca ha sido testigo de grandes hitos culturales. La peña universitaria, que se realizaba cada jueves y congregaba a miles de estudiantes, fue una de las más importantes. Músicos como Seba Cayre, Bruno Arias y Los Ortiz se formaron artísticamente en este espacio, contribuyendo a enriquecer la escena folklórica argentina.

"La Salamanca fue mi escuela de música popular", afirma Seba Cayre, uno de los músicos más destacados que surgieron de la peña.

La Salamanca ha sido mucho más que un lugar para escuchar música. Ha sido un semillero de talentos, un espacio de encuentro y debate, y un refugio para quienes buscaban identidad y pertenencia. La peña se ha convertido en una familia, donde se comparten alegrías, penas y sueños.

En la actualidad, La Salamanca continúa siendo un referente cultural. Con una nueva sede en la calle 5, la peña ofrece una programación variada que incluye conciertos, talleres, charlas y cine. Además, sigue siendo un espacio de formación para nuevos músicos y bailarines.

La historia de La Salamanca es un canto a la tradición, a la resistencia y a la pasión por el folklore. Es una historia que nos invita a reflexionar sobre la importancia de preservar nuestras raíces y de construir un futuro más justo y equitativo.