El Concejo Deliberante de La Plata aprobó por unanimidad en su última sesión la creación del Observatorio del Agua, que tendrá por objetivo realizar un diagnóstico de la distribución del agua potable en la ciudad y elaborar políticas públicas que ayuden a resolver la problemática en la ciudad.
El proyecto fue presentado por la concejal de Juntos, Manuela Forneris, y fue acompañado también por el bloque del Frente de Todos. El Observatorio funcionará en el ámbito del Concejo Deliberante y estará integrado por el presidente del deliberativo, tres concejales -respetando mayorías y minorías- y por el secretario de Obras Públicas del Municipio. También serán invitados a formar parte representantes de la UNLP, de la empresa ABSA, de la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la provincia, de las ONGs orientadas al cuidado del agua y de las cooperativas de consumo de agua potable en la ciudad.
La primera tarea del Observatorio será realizar un diagnóstico del estado de situación, distribución y conservación del agua potable en el territorio de la ciudad de La Plata "dentro de los 180 días" de promulgada la ordenanza. Se reunirá al menos dos veces al año y las decisiones que tome "no serán vinculantes" para los organismos a los que vayan dirigidas las recomendaciones.
La función central del nuevo espacio será "colaborar en elaborar políticas públicas para la gestión integral del agua potable en el mediano y largo plazo". A su vez, deberá remitir al Concejo Deliberante un informe anual sobre los trabajos realizados.
"En nuestra ciudad se profundiza la problemática por la falta de agua potable y por eso necesitamos un espacio de deliberación y participación para garantizar el derecho al agua y al saneamiento", explican la ordenanza en sus fundamentos y agrega que "luego de la pandemia del COVID-19 se ha puesto de manifiesto la importancia vital que tiene el saneamiento, la higiene y el acceso adecuado al agua limpia para prevenir y contener enfermedades".
También aclara que el principal problema es la antigüedad de las cañerías que distribuyen el agua en la ciudad. "La problemática más urgente a solucionar en la ciudad es que cuenta con redes de distribución de agua potable construidas en cañerías de hierro fundido de una antigüedad de más de 70 años que se ven afectadas por las incrustaciones y rupturas que generan la pérdida en su capacidad de conducción", señala la ordenanza en sus fundamentos y agrega que "esto implica la necesidad de nuevas políticas sostenidas en el tiempo para encontrar soluciones que permitan recuperar la capacidad de distribución y mejorar la presión del sistema de agua".